Imaginemos que un congresista debe representar a un grupo de ciudadanos; por ejemplo, que representa al distrito donde este vive. ¿Debería ser necesario que ese congresista pertenezca a un partido político? ¿Por qué? ¿Qué debería suceder si ese distrito vota mayoritariamente por una persona que no pertenece a ningún partido?

La respuestas a estas preguntas son tan claras como el agua cristalina. No. Porque eso no es lo importante. Ese distrito debería tener la libertad de poder elegir a su representante al congreso, más allá del partido al que este pertenezca, sin importar si pertenece a alguno o no. Lo más importante en una democracia es la gobernabilidad del pueblo, por el pueblo. Esto está impreso en su mismo nombre. En tal sentido, la voz de este debería primar. Si este manifestó su voz a través de votos y eligió a una persona dada para que esta los represente en el congreso, esta persona debería tener la oportunidad de representarlos, como congresista por un partido (en caso pertenezca a alguno) o como independiente.

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