¿A quién representa un congresista en el sistema actual? Muy probablemente si se le realiza esta pregunta a un congresista, este responderá que representa a algún grupo de la ciudadanía que actualmente (o históricamente) ha sido dejado de lado por las políticas públicas o cuya situación ciertamente requiere de una mejoría. El problema de esto, es que los congresistas se mueven de incendio en incendio, buscando apagarlo al abordar el problema que aqueja a ese grupo de la ciudadanía. Muy dificilmente la atención de un congresista estaría en ese grupo de la ciudadanía de manera proactiva porque, muy probablemente, cuando tuvo la oportunidad de actuar de manera proactiva, se encontraba un incendio por un tema previo.
El problema de no tener un vínculo claro de representatividad entre congresista-ciudadanía no aqueja solamente a los ciudadanos, sino también al congresista. El congresista no ve claramente a qué grupo de ciudadanos debe representar, no se antepone a los problemas o necesidades de ellos. De manera similar, un ciudadano no sabe a quién pedirle que este debe estar al tanto de su jurisdicción (p. ej. su distrito) o a quien dirigirise si tiene ideas que llevar al congreso, o, más importante, a qué congresista observar.